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Un par de ideas:

La visita del Cardenal Bertone si bien no infringe ninguna ley, si afrenta el lugar como un espacio en el que las diferencias entre la iglesia y el Estado eran tácitas. Sin embargo supo abrir boca con reconocer la importancia del lugar, reconció así, donde estaba parado.

En El Teatro de la República se reúne el consejo de Guerra que enjucia a Maximiliano, aquél que los conservadores habían invitado a gobernar. Sin embargo resultó ser de mas avanzada que los mismos invitadores. Bertone repite la misma historia. Invitado por el CISAv y el CEM, resultó ser de más avanzada que los que lo invitaron. Bertone en su discurso de avanzada criticó las formas de la evagelización. El discurso estuvo a mayor nivel de los escuchas. En su mayoría de los asistentes, no tenían el nivel del protocolo del personaje (Secretario de estado, dando una conferencia magistral digna de la ONU) y del lugar, Teatro de la República, donde se firmó la Constitución de 1917. Los asistentes cabecearon, pestañearon, se aburrieron ante la durísima ponencia de Bertone.

Los asistentes olvidaron que iban a enfrentarse a un estudioso de la teología y la filosofía. Lástima por los que fueron solo a tomarse la foto, cambiar el look y ponerse el cuellos alto y taparse los tobillos. Por que no entendieron ni jota de un discurso que descalabró a la iglesia mexicana.