jueves, septiembre 12, 2013

¿Qué fotoperiodistas estamos formando?.


¿Qué fotoperiodistas estamos formando?.

En la medida que resolvamos una constante en la ecuación del porqué los medios de comunicación nos ofrecen imágenes que nos resultan aburridas, podemos resolver el cómo se están generando.
Es en verdad impresionante la velocidad en que recibimos las imágenes a nuestras cuentas de Facebook, independientemente de si estas son o no generadas por medios de comunicación. Pero esto nos lleva a dos problemas. Ciertamente vivimos en una época de consumo inmediato de imágenes, imágenes que se desechan, imágenes pocas veces coleccionamos o guardamos para nuestro deleite posterior. Pero por otro lado, este fenómeno del consumo y desecho tiene el origen en nuestra formación. La educación básica en México no contempla formar al mexicano (en la praxis) al menos con nociones de estética o las artes visuales. Por el contrario, la estética que desarrolla el espectador es empírica y mediocre; simplemente le gusta o no de acuerdo a su concepción de lo que le ha dado su “formación”. No quiero decir con esto, que generemos profundos analistas del arte actual (del que además yo tendría algunas reservas), por el contrario, busco que se genere al menos un filtro en el espectador de las imágenes con un contenido al menos importante.
  
Pero volvamos a los medios. En el ámbito de lo académico, los responsables de la enseñanza tenemos las responsabilidad de formar a los fotoperiodistas que deberán ser los ojos y la mirada de las y los otros, ser el testigo de las diferentes sociedades.
Los fotógrafos de prensa, en la actualidad, además deberán ser formados no solo en la técnica si no además, deben resolver las constantes del periodismo: Qué, cómo, cuando, donde, quién, para qué, porqué. Y por si fuera poco no solo convertirse en los ojos de los demás (que ya es bastante responsabilidad), si no volverse si no experto al menos conocedor de la psicología, sociología, arqueología, analista y politólogo. Y si n fuera suficiente, para acabarla de amolar además de experto en temas de seguridad: instagramista, twittero y face-buquero.
Los fotoperiodistas no nos podemos dar el lujo de solo aprender a usar el RAW, el Bridge o el ligthroom, ahora tenemos que aprender al Iphone.


El despido o la permanencia con tu iphone.
El reciente escándalo en los meses pasados sobre la sustitución del staff completo de fotografía por teléfonos tipo Iphone por parte del periódico Chicago Sun-Times. Detonó un escándalo mediático. ¿Cómo podían sustituir a ganadores de premios, incluyendo un Pulitzer, por un simple dispositivo móvil que además está construido para la telefonía y no para la creación de imágenes?.
De acuerdo a notas relacionadas: “la dirección del Chicago Sun-Times (cito textual) entregará iPhones a sus reporteros y los someterá a un entrenamiento obligatorio en técnicas fotográficas básicas con el smartphone de Apple. El objetivo, según el periódico, es dar más inmediatez a las imágenes y aumentar la presencia de vídeos en las ediciones online”.
El memo que les llegó a los periodistas no despedidos fue el siguiente:
“En los próximos días y semanas, trabajaremos con todos los empleados editoriales para entrenarlos con lo más posible para que produzcan los contenidos que necesitamos. Las sesiones serían obligatorias y se enfocarán en las siguientes áreas:

·         Básicos de fotografía con iPhone
·         Captura de Video y edición básica
·         Transmisiones y redes sociales”.

“La medida ha afectado a 28 profesionales, entre ellos John H. White, ganador de un premio Pulitzer de fotografía”.

El periódico explicó que la decisión devino de su nueva estrategia, que se enfocará a la producción de videos y multimedia digital. Los servicios de fotografía que requiera serán contratados por proyecto.
“El Chicago Sun Times continúa su evolución con nuestros clientes conocedores de contenidos digitales y como resultado, tuvimos que reestructurar nuestro manejo de multimedia, incluyendo la fotografía.”

Pero no es el caso único.  En la ciudad de Querétaro, al menos 20 personas entre personal administrativo, reporteros y todos los fotógrafos fueron despedidos en el periódico Noticias de la entidad, en este caso, por un ajuste económico. Además de la incapacidad de actualizar a su plantilla de fotógrafos en temas de fotografía digital.

Por otra parte y no es el caso inédito. La apuesta por la velocidad y la primicia han dejado de lado la calidad de la imagen y de la información.
En 2004 el tsunami del 25-26 de diciembre, hubo afectado casi todo el sur y sureste de Asia, incluyendo partes de Indonesia, Malasia, Sri Lanka, India, costa este de África, Tailandia, entre otros. En estas primeras imágenes las agencias informativas apostaron por el periodismo turístico, por la inmediatez de la información. Sin embargo se convirtió en una regla general. Comprar imágenes a los no profesionales para informar mediante ilustraciones.
Ahora es muy común encontrar en los canales de televisión la supuesta oportunidad de convertirse en “periodista ciudadano” enviando imágenes de pésima calidad a los portales de las cadenas como Televisa y su sección 1: Tu imagen, o CNN con el famoso Ireport.

En una ocasión el director de un portal de noticias en Querétaro solicitó imágenes tomadas in situ del evento con la irresponsable frase: “no importa que queden feas, nosotros competimos contra el tiempo”. Esta irresponsable petición merma la calidad de la imagen, la creatividad por la inmediatez. El editor recibió una negativa porque lo que ofrecemos los editores de agencias es calidad. Simplemente por el respeto que se le tiene al público.

Otro caso, al otro lado del mundo, el Diario de Alcalá despidió a sus fotógrafos y publicó que “pagará por las fotografías enviadas por ciudadanos particulares que aparezcan publicadas en sus páginas. Concretamente, entre 15 y 40 euros en función de la importancia y ubicación de éstas en el periódico”.

"Si eres aficionado a la fotografía, ésta es tu oportunidad de publicar en el Diario y de ganar por ello", decía la publicación.
Esta irresponsabilidad además de dar la presunta posibilidad de publicar a los fotoperiodistas ciudadanos es una gran trampa. El periódico no se hace responsable de los seguros médicos, impuestos, accesorios o reparaciones del equipo del entusiasta ciudadano. Al contrario, tendrá que conformarse con los 20 euros y ver si tiene alguna otra vez la posibilidad de que le publiquen.
Constante que encontramos los fotógrafos freelance que colaboramos con agencias. En muchos periódicos te invitan a colaborar con la promesa de acreditar tus fotos. Como si el reconocimiento público te diera de comer. Ya imagino al fotógrafo llegando al restaurante con su portada bajo el brazo diciendo –mire, me fui en portada, ¿qué hay en el menú?-  


¿Instagram al Pulitzer?.
Reportear con instagram no es la cúspide del periodismo. No nos engañemos con que tener un teléfono inteligente es el poder de convertirse en buen fotoperiodista. Por el contrario, si bien el uso de estos dispositivos posibilita ser testigo a través de una herramienta popular de un forma pronta y de fácil acceso, también las academias de periodismo deben adaptarse a estas nuevas miradas del periodismo. 

La academia debe re-pensar no solo en la formación del periodista en los canones tradicionales,  si no también en actualizar su plan curricular donde se incluya la enseñanza de uso y poder estos nuevos dispositivos. No todo es levantar el ipad, estorbarle a los profesionales y enviar la imagen al website. La academia debe ser mucho mas estricta en la enseñanza no solo en la creación de buenos periodistas, si no también de cómo mantenerlos vivos (por no saber utilizar un dispositivo de estas características pueden ser despedidos). Finalmente, debe la academia re-pensar su plan de estudios e integrar responsablemente los protocolos de seguridad.

Evidentemente no podemos desdeñar los importantes trabajo hechos con la técnica de la iphonografía. Pero volvemos al tema, es solo una herramienta, es parte de cómo el fotógrafo crea un discurso. Para algunos experimentar con instagram les puede facilitar y resolver determinado tema, para otros realizar un colodión húmedo puede ser una herramienta por demás bucólica, pero también es parte de su discurso.


A manera de conclusión.
El llamado periodismo ciudadano puede posibilitar tener “exclusivas” para las casas editoriales; pero es irresponsable pensar que ahora se debe tener esa prioridad desde la perspectiva del improvisado fotoperiodista. Hemos visto en las redes sociales la posibilidad de publicar lo que en las líneas editoriales por evidentes compromisos no pueden publicar. La herramienta de difusión de información supera en mucho al medio de comunicación por su velocidad, pero también es un arma de doble filo. El no corroborar la información que se difunde, muchas veces puede convertir esa exclusiva en un completo fraude. La velocidad a la que se difunde una información es proporcional a su velocidad de olvido.
Por otra parte, las redes sociales si bien, tienen esta posibilidad de llegar a un público más heterogéneo, también se corre el riesgo de ser el espectador solamente del activismo.  No se puede ser activista y periodista.
Cuando pensamos que las redes sociales nos han superado y que la velocidad de estas ponen el riesgo de generar un apoteótico fin del ejercicio de esta profesión, la verdad es que estamos completamente lejos de ello. El fotoperiodista en la actualidad abre más posibilidades creativas. El ya no pensar solo en la fotografía con la rigidez que obliga a los medios tradicionales y poder añadir más elementos discursivos hace que el fotoperiodista sea en la extensión de la palabra un artista.

Hace apenas unas cuantas horas conmemoramos dos hechos históricos de impacto mundial. Por un lado se refrescaron los archivos y volvieron a la luz las imágenes del presidente Salvador Allende y el golpe de estado que llevaría a Augusto Pinochet l poder en Chile. Por otro lado, también la conmemoración del presunto ataque terrorista a las torres gemelas en Nueva York. En ambos casos, dos hechos que cambiaron el rumbo de dos sociedades. Sin embargo, el evento en Estados Unidos fue televisado. En vivo, los que estábamos a punto del desayuno no tuvimos que esperar al ritual de los funerales, nos estábamos cafeteando a los gringos a su estilo, en televisión en directo. La posiblidad de la difusión a gran escala en directo posibilitó a las cadenas de tv grandes ganancias. Nadie sabía que estaba pasando pero todos estaban transmitiendo. En el caso chileno, no había esa posibilidad de difusión a gran escala.
Las herramientas de la comunicación son solo eso, herramientas. Y deben se utilizadas con la mayor responsabilidad.



Texto presentado en el Centro Cultural Clavijero
La función del Foto-reportero en la Era Digital. En el marco de

EFOCO Primer Encuentro de Fotografía Centro Occidente
http://www.efoco.mx/mesas%20redondas%20y%20conferencias.html 

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