El
largo brazo de la injusticia.
Por
Demian Chávez.
El
reciente asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa- corresponsal de AVC Noticias,
Proceso y Cuartoscuro- nos deja claro
que la impunidad no tiene fronteras.
Así lo expone el mensaje de intolerancia del
que no escucha voces críticas, del que no escucha voces diferentes, del que simplemente
no escucha. La muerte de Espinosa envía una alerta para el periodismo y
fotoperiodismo: la injusticia tiene un brazo más largo que la justicia.
Rubén
es forzado a huir por ejercer su profesión. Documentar la represión a los
estudiantes y profesores, es el detonante. Su trabajo no necesita la fastidiosa
frase “la imagen dice más que mil palabras”; su trabajo está comprometido con
una causa: la de la historia, la que la imagen nos deja al paso del tiempo, la
del documento social. Esa imagen que no ven ni leen los que gritan “prensa
vendida, cuéntanos bien”; esos que creen que no hay fotoperiodistas rectos,
incorruptibles. Rubén es asesinado por ser el testigo y ojos de los
espectadores de medios. Por llevar una imagen a los lejanos que no pueden
estar.
No
es la primer vez que se amenaza, secuestra, tortura o mata a periodistas en
México, por motivo de su labor, pero sí es la primera vez que un periodista desplazado de
Veracruz es asesinado. El brazo de los sicarios de la intolerancia es
largo. Hoy se leen y se leerán muestras
de indignación, impotencia, rabia, pidiendo justicia en esta abierta
temporada de cacería.
Nos sumamos a la petición de justicia,
pero también exigimos sea aplicable la ley contra el autor inmaterial, del que
es mejor huir, del mismo al que una vez Scherer le dijo -No les creemos-.
Algo falló en los protocolos de
seguridad; algo falló como medios de comunicación al no proteger a quien lo
solicita; algo nos falló como camaradas… y ese largo brazo de la injusticia lo
alcanzó.
Hoy, sus fotografías para la historia; su
memoria para exigir #NoMásBalas contra la prensa.
#13=Impunidad
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